Yo terminé mi carrera y monté un Estudio de Ingeniería enfocado a las obras de ingeniería civil, es decir (construcción) durante 10 años.He tenido hasta 7 empleados.
2 años antes de que empezara la crisis empecé a formarme en otra área distinta a la construcción, “El Ahorro Energético”.
Llegó la crisis y tuve que despedir a los empleados, y quedarme yo sólo ofreciendo esos nuevos servicios de Ahorro Energético a mis clientes, pero no me daba para seguir adelante, por lo que decidí cambiar de trabajo y me fui a trabajar con una consultora a la que yo había contratado anteriormente.
En esta empresa yo hacía de comercial, pero nada que ver con la ingeniería. Vendía formación en “Gestión del Tiempo” (sólo para directivos de empresas); es decir vendía un producto de mucha calidad que iba dirigido a un sector muy concreto. Este trabajo se me daba bien porque los Ingenieros somos muy calculadores y nos organizamos muy bien, por tanto sabía vender este producto.
Con esta empresa no gané mucho dinero pero aprendí de ellos a hacer unas estrategias comerciales pioneras y muy eficaces.
No estaba a gusto con la empresa, porque en el reparto de comisiones yo no ganaba lo suficiente. En esas fechas (septiembre de 2012)me hablaron de Alex Pozo, asistí a una terapia con él y me hizo ver que cuando estás abajo, en lo más hondo, agotado y tienes dudas porque todo te sale mal tienes que pararte.
Empecé a aplicar 2 hábitos urgentes que me indicó Alex en esa cita:
1.- Lo que piensas lo atraes (por tanto cuida tus pensamientos) y controla tu estado emocional, porque también lo emites a los demás en modo de bajas o altas vibraciones (en función de tu estado de ánimo) y como es lógico nadie quiere estar con gente que emite malas vibraciones.
Desde ese día no sigo ningunas noticias, ni de macroeconomía ni de nada (de las cosas importantes te enteras por boca de otros y las que no son importantes se olvidan) de ese modo sólo estoy concentrado en mis problemas, es decir ya solamente me enfrento a problemas sobre los que yo sí puedo actuar. Me pongo pequeños objetivos, centro mis esfuerzos en conseguirlos, emito buenas vibraciones y todo empieza a ir bien.
2.- No salgas a la calle a pedir, sal a ofrecer. Ofrece algo que tú tengas y no lo tenga el resto. De ese modo aportarás un valor añadido.
Tardé unas semanas en identificar qué valor tenía yo que no tuviesen los demás, pero un día me llamó un empresario y me dijo que quería vender un producto de “Ahorro Energético” (distinto a los que yo ofrecía antes), pero que sólo puede contratar a una persona para que se encargue de todo ese nuevo departamento en su empresa.
Enseguida se me encendió la chispa, le dije que yo era la persona ideal para ese puesto porque:
Ingenieros hay muchos, pero expertos en Ahorro Energético no tantos; y que además sea un buen comercial (porque haya trabajado con una de las mejores empresas en marketing comercial) no hay ninguno. Por tanto yo soy el candidato ideal.
Mi trabajo empezó siendo pedir material a muchos proveedores (incluso con mis conocimientos de inglés he negociado precios directamente con los fabricantes chinos y me han enviado productos suyos).
Entre el empresario y yo definimos los productos con los que la empresa iba a salir a la calle.
He diseñado una estrategia comercial muy precisa y eficaz. Yo hago de comercial y vendo los productos con mucha facilidad porque no hay nadie mejor que yo para explicarlos.
Yo pido los productos a mis proveedores, salgo a la calle a venderlos, organizo el reparto y el montaje de las instalaciones con los instaladores de mi empresa y ellos van a montar y a cobrarle al cliente.
Ya he abierto otra segunda línea de negocio en esta empresa y desde hace 2 meses me han encomendado otra función de mayor responsabilidad, apoyar al núcleo duro de la empresa en la toma de decisiones para nuevas estrategias del negocio.
No ha sido fácil llegar hasta donde estoy desde donde estaba, pero trabajando de manera constante con Alex Pozo y habiendo aprendido a mantener la mente limpia, fresca y cargada de energía positiva confío en llegar donde mis sueños me lleven.
Un abrazo Álex por estar siempre ahí.